lunes, 18 de febrero de 2008

Las cosillas de la Historia

He creado un nuevo blog, Las cosillas de la Historia, para anécdotas y curiosidades que han ocurrido desde los tiempos milenarios. Pinchad AQUÍ para echarle un ojo.

martes, 12 de febrero de 2008

Relato: Una mañana como esa

Los Campos Elíseos aún parecían desprender polvo de casquillo y su césped todavía no se había incorporado del todo tras el paso aplastante de cientos de pies envueltos en goma recauchutada. Corría el verano del 62, y ya iban catorce desde que una mañana como esa volviera de su exilio platense, y 22 desde que otra mañana como esa dejase Francia.

Ya no era la de entonces. La perpendicularidad de la cúspide de sus senos, que tantas pasiones, celos y disputas provocaba antaño en las cantinas de Rosario, ahora no era más que la evocación de dos colinas separadas por el cauce de un río que en un tiempo milenario tuvo agua.

En Argentina, durante la guerra, logró ser feliz. Aunque estaba lejos de los suyos, los rasgos de una espléndida juventud tardía le permitían disfrutar de constante compañía masculina. Y no necesitaba más. Su carácter individualista derivó en un fuerte egocentrismo que no le dejaba ver más allá de un radio de dos metros con centro en su ombligo.

Los años de exilio pasaron volando.

El verano del 48 volvió a París. No había nada, no había nadie. Ella se sintió abandonada ante la decrepitud de la posguerra. Cuando estuvo fuera no recibió noticia alguna de familia o amigo. “Da igual”, pensaba, “si no escriben es que están bien”.

Su familia había desaparecido. De sus viejos amigos, ni rastro.

A su regreso, su antigua casa no era más que una confitura de piedra y metal. Hizo acopio de fuerzas para no derrumbarse ella también y alquiló un cuartucho con vistas a un muro de ladrillo que costeó con un trabajo a jornada más que completa en un viejo telar.

Así, desde una mañana como esa, habían transcurrido catorce años de agujas y dedales. Pero ya no era la misma. Su cuerpo no aguantaba el trajín de antaño y comenzaba a perder facultades.
Se asomó a la ventana y observó esos ladrillos mal puestos por última vez. Cogió el tarro con sus ahorros, cerró la maleta y se marchó al asilo.

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Otros relatos:
La tronera, los dos tronos y el sueño
El gol de Abreu
Espacio
La cámara
La tarde de nuestro final

lunes, 11 de febrero de 2008

Au revoire éthique?

A continuación reproduzco un extracto de una entrevista de José Alejandro Vara (hasta ahora director de La Razón y desde esta mañana director Editorial de medios de Vocento) para Infoperiodistas en septiembre del año pasado:

IP: Ya que lo menciona... ¿Qué parte del crecimiento de La Razón se debe a la caída de ABC?

En 10 años ABC ha caído 110.000 ejemplares y La Razón está en 164.000. Una parte nos hemos llevado de ellos. También de El Mundo, cuyo lector no es tan fiel como el de ABC. Algo habremos recogido de los demás, sí, ésa es la ley de la Prensa, cuando uno sube otro baja. Pero además nuestros estudios dicen que hay un lector nuevo que hace cuatro o cinco años no compraba periódicos, que ha entrado al periódico y se ha quedado.

IP: ¿A qué tipo de lector se refiere?

El 12% de nuestra difusión corresponde al sector de edad entre 25 y 35 años, que no son los lectores tradicionales de ABC. Esta redacción, por su juventud, quizá se entiende mejor con dicho sector que las de otros periódicos.

IP: ¿Hay sitio para los dos periódicos en el mercado español?


Hay sitio para todo el que se lo gane a pulso. Hay sitio si te lo buscas, y nosotros estamos encontrando nuevos huecos, como el que he mencionado.

Como dice Vara, hay sitio para cualquier periódico que esté dispuesto a ganárselo a pulso entre la dura competencia que existe en España. La pena es que frecuentemente la fuerza para vencer en ese pulso se obtiene dejando de lado la ética periodística. Esperemos que el ABC, en esta nueva etapa en la que tiene como objetivo recuperar su sitio en el mercado, sepa sacar la fuerza del orgullo que da un periódico bien hecho (como intentó Zarzalejos, aunque perdió el pulso).

La irresponsabilidad de actores y obispos

En España tendemos a copiar costumbres del extranjero pero las entendemos mal desde su planteamiento inicial. En el caso electoral nuestra referencia es EEUU, con unos meses preelectorales fascinantes y de gran movilización social. Allí, diversas personalidades aprovechan su tirón popular para hacer público su apoyo a un candidato. Aquí también se hace, pero cometiendo un error de forma que lleva la muestra de apoyo al límite de la irresponsabilidad.

Los obispos y los actores aprovechan la cercanía de los comicios para hacer gala de su posicionamiento político. Está bien que cada uno pueda mostrar públicamente su compromiso político con un partido u otro(independientemente de los servilismos y sectarismos poco fundamentados), de hecho es en buena parte sustancia de la libertad de expresión.

No es correcto sin embargo que aquellos que lo hacen traspasen este acto y se dediquen a realizar ataques compulsivos opinando abiertamente de manera radical sobre cualquier tema que se les pregunte, les ataña o no ye independientemente de estar bien informados al respecto.

Hay dos colectivos muy proclives a ello en España: los actores y los obispos. Es adecuado que protesten airadamente sobre temas que les afectan directamente (por ejemplo, la propiedad intelectual para los primeros y el sistema educativo para los centros concertados para los segundos), pero es completamente irresponsable que unas personas a las que millones tienen como referentes se pongan a hablar ex cátedra de temas de los que probablemente no tengan ni puta idea, hablando en plata.

De ese modo lo único que consiguen es crear una atmósfera de crispación exasperada que hace aumentar la que por desgracia ya provoca la imprudencia de nuestros políticos.

Que hable de política quien realmente sepa de ello y cuya trayectoria profesional y académica implique cierto seguimiento de ella, no cualquiera con presencia en los medios.

jueves, 7 de febrero de 2008

Relato: La tronera, los dos tronos y el sueño

Ya empieza otra vez el aluvión de sin sentidos de Mercedes Milá. Lo detesto. Paradojas de la vida, también detesto el otro aluvión que repiquetea en mi ventana y cohíbe mis ganas de perderme una noche más entre bares de copas.

Abandono mi trono tapizado de oliva, modelo salón familiar años setenta, para dirigirme al otro sillón presidencial de la vivienda, esta vez de mármol pulido.

Una vez acabadas mis labores de desalojo, doy paso a un rutinario examen facial que termina con una concienzuda limpieza bucal.

Vuelvo al pasillo, tropiezo con la alfombra -¿quién la habrá puesto allí?- y acaricio los gargajos del gotéele de la pared de mi cuarto hasta dar con el interruptor de la luz.

Pateo el aire dos veces, una por zapatilla, y, tras desprenderme del resto de la ropa, abro la cama deseoso de notar el frescor de la sábanas.

Decepción. Se me olvidó cambiarlas, ya van dos semanas. - Qué más da, si dormido no me entero-. Presiono de nuevo el interruptor de la luz y, ya en la absoluta penumbra, meto mi cuerpo entre las sábanas al tiempo que introduzco mi mente en un letargo meditabundo. Después, nada.


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El gol de Abreu
Espacio
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La tarde de nuestro final

miércoles, 6 de febrero de 2008

Relato: El gol de Abreu (embrionario)

A) Abreu corrió desde la defensa con todo el ímpetu que pudo. Recibió el balón de Montenegro en el centro del campo, dribló a cuatro contrarios, engañó al portero y, cuando estaba sólo ante la portería, se cayó al suelo perdiéndose el balón por la línea de fondo.

B) -Esta es la mía- pensó Abreu cuando vio que Silas recuperaba el esférico. Era un encuentro liguero importante contra River Plate y un empate sin goles ondeaba en el marcador. Se sintió fuerte, el mejor. Corrió y corrió lo más rápido que pudo. Casi se queda sin voz pidiendo la pelota, primero a Silas, después a Montenegro. La recibió y miró al frente. Se fue de uno –soy lo más-, se fue de dos – éste ya no me sigue-, se fue del tercero y del cuarto. Encaró al portero y le engañó – soy Dios-. Vio la portería vacía y cuando iba a golpear el balón midió mal la longitud de su pierna, golpeó el suelo con la puntera de su bota derecha y perdió el equilibrio. El mundo se le vino abajo.

C) Locutor de televisión: - Silas recupera la bola. Avanza un par de metros. Montenegro controla, la baja, la pisa. Ahí va para el loco Abreu, la coge y dribla. Regatea, regatea, ¡le sale!. Señores vaya golazo que va a marcar Abreu. Y el gol de Abreu, el gol de Abreu....... ¡Abreu!. ¡Abreu! ¡Dios mío, Abreu! ¡Abreu!....

D) Francisco vio el partido en el sofá de su casa. Dos años antes había superado un infarto de corazón durante un partido de San Lorenzo contra Boca Juniors, por lo que su mujer le había prohibido ver el fútbol. Sin embargo, esa tarde ella se fue con sus amigas a tomar un café y Francisco aprovechó para sentarse delante del televisor. Corría el minuto ochenta de la segunda parte cuando Abreu recibió el balón en el centro del campo. Regateó a un contrario. Al segundo. Francisco se levanto gritando - ¡Acordate de la concha de tu madre!-. Se iba poniendo más nervioso según avanzaba el jugador. Cuando Abreu se cayó delante de la portería Francisco exclamó - ¡Pero qué hacés boludo!-. Se llevó la mano izquierda al pecho y se derrumbó sobre el parqué.

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martes, 5 de febrero de 2008

En la tele ya no se caga en el baño, se caga en el telediario

Hugo Aznar (que no tiene nada que ver con el ex presidente, a pesar de la coincidencia de sobrenombre) explica en su libro Ética de la Comunicación y nuevos retos sociales una serie de principios morales que deberían seguir los medios de comunicación. Muchos medios no dudan en proclamar a los cuatro vientos su respeto por los principios de la ética periodística comúnmente aceptados, pero más bien se los pasan por el forro.

Uno de estos preceptos versa en evitar a toda costa el uso de testimonios de víctimas de un suceso traumático o de personas cercanas afectadas de tal forma que su froma de actuar difiera mucho de la normal por el shock sufrido.

Informativos Telecinco fue ayer un claro ejemplo del sensacionalismo cárnico más lamentable. No dudaron en emitir, sin ningún cargo de conciencia, las duras palabras de un chaval de 17 años (al que por cierto, en ningún momento hicieron ningún esfuerzo para proteger su identidad, y es menor) después de que su padre matara a su madre y se tirara por un puente con el coche. El chico, fuera de sí (como es lógico), aseguraba llorando que lo primero en que pensó tras enterarse del asesinato de su progenitora fue coger el coche e irse a buscar al homicida para atropellarlo. Estarán orgullosos de unas palabras tan sobrecogedoras. Me imagino a Piqueras saliendo tan pancho de la redacción pensando "ahí lo hemos clavado". En fin....

Lo triste es que no es sólo Telecinco, no hay más que fijarse en los partes de noticias de las demás cadenas (no puedo hablar de otros programas porque las arcadas me lo impiden) para observar lo poco que queda de las noticias de toda la vida, en peligro de extinción por la expansión de los sacos de excremento caducado en los que se están conviertiendo las notcias televisadas.

lunes, 4 de febrero de 2008

Relato: Espacio

Mi vida podría escribirse y no ocuparía más que una pulgada. Un dedo subiendo y bajando sobre mi cabeza cada vez que salta entre dos palabras vecinas en la comunidad de cualquier procesador de textos.

Es pura rutina. A diario, de ocho a cuatro, una descarga de golpes frenéticos esparce mis mañanas de informes ministeriales. Un pulgar grueso y desnudo arremete con fuerza contra mí. Otras tienen más suerte, como la “s”, a la que golpean con un anular disfrazado con un anillo de casado. Digo disfrazado porque a mi parecer la fuerza empleada en el tecleo denota una frustración posiblemente derivada del poco uso del matrimonio.

Por las tardes, a eso de las seis, una mano suave con marcado olor a perfume me acaricia enviando furtivas misivas de amor que son cortadas del Word al servidor de correo electrónico para borrar su rastro.

Ya de noche, un índice y un corazón se turnan para introducirme en trabajos compuestos por párrafos de los más diversos autores. Los restos botánicos que se desprenden de las uñas incomodan mi caída hacia el armazón de plástico. Al menos a esta hora todo es algo más variado “y entre citas de Borges, Evita baila con Freud”.*

Los fines de semana no soy más que el gatillo de armas futuristas contra zombies e invasores de las calañas más extrañas.

Esta es mi vida. Un constante devenir errante de arriba abajo descansando sobre un muelle minúsculo. Soy la nada dentro del todo. En los informes no soy más que una marca diferenciadora entre grupos de caracteres borrados o sustituidos constantemente en extensos almacenes de archivos. En las cartas, mi papel es mera alegoría de la distancia que separa a la mujer de su amante. Soy la tecla de mayor tamaño, pero cuando imprimen desde el procesador soy prácticamente invisible. Sólo una separación, un espacio. Un insignificante vacío.



* Nota del autor: “y entre citas de Borges, Evita baila con Freud” . Adaptación al texto de “y entre citas de Borges; Evita bailaba con Freud” para seguir con la concordancia de los tiempos verbales, siempre en presente simple de indicativo en este relato. La frase es un fragmento de la canción Con la frente marchita de Joaquín Sabina.
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viernes, 1 de febrero de 2008

Y el mejor presidente de EEUU sería.... Hulk Hogan

Los lectores de Sin Noticias de Kovalski han hablado. En la encuesta del blog ¿Quién sería mejor presidente de Estados Unidos?, de un total de 43 respuestas, los resultados han sido los siguientes:


Si los lectores de Sin noticias de Kovalski decidieran quién gobierna en los States los republicanos los tendrían realmente crudo, pues tan sólo dos votos se han decantado por uno de sus candidatos, ambos por McCain (4'65%), y nadie por Huckabee. Si bien, es preciso tener en cuenta que en la encuesta no se incluía a Romney porque cuando se formuló (a finales de diciembre)parecía con menos opciones que Huckabee, su inclusión probalemente no habría cambiado mucho los resultados (¿o este blog tiene lectores mormones?).

Los demócratas también deberían dedicarse a otra cosa pues ninguno de sus candidatos consigue un apoyo representativo para los participantes en esta muestra. Obama vence a Hillary con un 25% frente al 18'86% de la senadora/ex primera dama/quítame de ahí esas becarias.



El ganador indiscutible es Hulk Hogan, con el 51'16% de los votos. El mítico luchador de WWF, icono estadounidense en los 90 y actor de series de medio pelo (algunas con lanchas y todas con muchas leches) es el candidato idóneo para ser el nuevo inquilino del Despacho Oval. Si tomara posesión del cargo, las primeras medidas que tomaría serían buscar armas de destrucción masiva en todos y cada uno de los rincones de las posesiones de El último guerrero y nombrar a El enterrador secretario de Estado para que le sepulte los trapos sucios. Temblarían los terroristas en cuanto entrara en la Casa Blanca y se rompiera la camiseta, pues Hulk Hogan no se andaría con chiquitas con ellos.

Relato: La cámara

* Autobiográfico (con reservas por cosas que puede que no recuerde)

Estaba hasta el gorro del traje de marinero. El nudo me molestaba en el pecho mientras hacía el ganso con mis primos, y la cadena del crucifijo que me obligaron a ponerme no paraba de estorbarme en la nuca. Hasta ese día me encantaban los barcos y el mar en general, y había soñado mil y una veces con ser un importante capitán de navío. Pero pensé: si para tener un barco hay que llevar esto tan incómodo, entonces no merece la pena tenerlo. Y así culminaron mis expectativas de convertirme en Almirante de la Marina.

Sinceramente, la Primera Comunión en sí misma me traía casi sin cuidado. Me pasé la misa entera mirando al infinito y esperando impaciente que llegase el banquete para recibir los regalos.

Una vez en el restaurante, vi compensado el esfuerzo que hice aguantando estoicamente el sermón y castigando mi cuerpo y mi imagen pública con semejantes vestimentas. Tras la comida todos mis familiares se acercaron paulatinamente a darme los regalos que habían comprado para la ocasión, mientras yo, con los ojos como platos y una sonrisa de oreja a oreja, sentía una mayor complacencia para con el acto a medida que los iba recibiendo. Un coche tele-dirigido, una videoconsola, una bicicleta de montaña, los típicos relojes y juguetes.... Hasta aquí podía darme por más que satisfecho. Pero faltaba lo mejor: una cámara de fotos.

No era muy buena pero ese día para mí no existía otra igual. Era algo simple: tenía un pequeño zoom que subía y bajaba con un botoncito rojo y con otro negro conseguía disparar las fotos. No era gran cosa, pero fue mi primera cámara.

Me pasé toda la tarde sacando fotos a todo aquello que se movía y me imaginaba lo bien que quedarían cuando las llevase a revelar. Mientras, maquinaba dónde podría enseñar las fotos. No lo tenía muy claro, pero seguro que las llevaría cuanto antes a que las vieran mis compañeros de colegio.

Entonces, se me ocurrió que si las ponía en un álbum todos podrían verlas mucho mejor. Y si las ponía algo de texto podrían saber lo que pasaba en el momento en el que se sacaron las fotos. LLegué a la conclusión de que si las pusiera en un periódico o en una revista todos podrían verlas y además leer lo que pasó ese día, pero, ¿qué hacer para que saliesen en un periódico?

Ese día descubrí que quería ser periodista.


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La tarde de nuestro final