domingo, 18 de mayo de 2008

¿Por qué apoyar a la tauromaquia?

He aquí una colaboración de Dani en el blog. Si alguno más os animáis a escribir algo, mandádmelo y lo pongo.
Breves razonamientos: ¿Por qué apoyamos la tauromaquia?

POR DANIEL DE MIGUEL
En primer lugar, y sin pretensiones de realizar un juicio sobre el valor de la Fiesta de los Toros, se debe empezar considerando su existencia en sí, teniendo en cuenta que ésta no surge como resultado de imposición alguna, sino de su propia raigambre popular. Se trata de una tradición ancestral, más antigua que nuestra propia patria. El toro, como símbolo nacional arraigado de la época íbera es símbolo de orgullo y admiración para todos los íberos.


El toro, caracterizado desde sus orígenes por su agresividad y rusticidad al medio, posee un importantísimo caudal genético y, lo más importante, es el gran protagonista de la Fiesta, el elemento que hace posible su existencia. Se trata de una de las más valiosas aportaciones españolas a la zootecnia mundial. La fiesta de los toros representa un patrimonio cultural para España de primer orden.

Este animal tan especial y único resulta de un cruce ancestral de razas o encastes hasta conseguir o buscar un animal desarrollado, armónico, bravo, encastado y en definitiva adecuado para su aptitud principal, que como su nombre indica es la lidia. Actualmente las únicas encargadas de preservar esta raza, además de las técnicas de mejora y conservación genética desarrolladas por veterinarios de la materia, son las ganaderías, que llevan a cabo un proceso de selección de sus animales para su crianza y ulterior venta a las ferias y plazas. Si desapareciese la tauromaquia, esta raza desaparecería.


Es importante dejar claro que la crianza del vacuno de lidia no es una actividad económica con arraigo posterior en el ámbito social, sino por el contrario, una manifestación originaria en torno a la cual se ha ido desarrollando una estructura económica, es decir, no hay creación de demanda, sino satisfacción de ésta. Se trataría pues de una actividad social que ha venido evolucionando a lo largo del tiempo en virtud de su propia dinámica.


El toro de lidia vive los 3 ó 4 años antes de la corrida en sí como "un marqués", disfrutando de la libertad y alimento que proporciona la dehesa, representando un patrimonio ecológico de reserva natural por el aprovechamiento racional de los recursos naturales y la contribución de manera decisiva al mantenimiento del ecosistema y equilibrio del territorio. La calidad de vida de este animal es sin duda mucho mejor que la de otro destinado a una granja, encerrado en un habitáculo para su engorde artificial. Si desapareciese la tauromaquia, se alteraría el equilibrio del ecosistema.


Por último, aparece otra realidad de gran calibre y es que, sea cual fuere el juicio particular de cada uno sobre la Fiesta Nacional, su papel socio-económico es innegable y debe ser tomado en consideración. Es trascendental la contribución que la fiesta de los toros hace a la economía nacional no sólo en el aspecto inmediato de la corrida, sino en todos los demás, que afectan a distintas instituciones, estamentos, obligaciones fiscales y personas (el sector taurino en España supone un volumen de negocio total de 1.500 millones de euros anuales, de los que Hacienda recauda aproximadamente el 14%).

Tres elementos fundamentales intervienen en la economía del mundo del toro: las ganaderías, los toreros y las empresas que gestionan las plazas de toros. Por otra parte, antes, después y durante la corrida, los espectadores contribuyen a los ingresos de hoteles, restaurantes, bares, al igual que médicos, enfermeros, periodistas, escritores, locutores de radio, fotógrafos, ilustradores, editoriales, periódicos, revistas, pintores, escultores, músicos, abogados y notarios que hallan en el mundo del toro recursos e ingresos profesionales nada desdeñables, sin dejar de señalar la generosidad, tantísimas veces demostrada, contribuyendo a causas de beneficencia. Tampoco hay que olvidar la gran afluencia de turistas que vienen a España con el fin de ver y conocer cuál es el desarrollo de una corrida de toros. Eliminar nuestra seña de identidad cultural sería dañar la industria turística de algunos lugares que se dediquen a este negocio concreto.


Actualmente estamos viviendo una época de grave bache en la Fiesta de los Toros por lo que aficionados y amantes estamos obligados a defenderla y tratar de sacarla de esta situación.

5 comentarios:

Pakita dijo...

Puede que presenten muchos argumentos validos, pero dejenme decirles que ninguno de estos JAMAS superara el simple hecho de que la vida y el respeto por esta SIEMPRE debe estar por encima de todo, de la económia y del entretenimiento, dicen que seria traicionar a su cultura el acabar con la tauromauia, ¿pero acaso la cultura que quieren mantener para su pais y las generaciones venideras es la de la crueldad, el sadismo, la muerte y la violencia?

Unknown dijo...

hola PAKITA, sólo te pido que respetes a aquéllos que no vemos crueldad, sadismo, muerte y violencia en la fiesta de los toros; es un mundo fácil de entender siempre que uno tenga posibilidades de conocerlo a fondo. Por eso, es preferible que a la hora de opinar uno/a sepa de lo que realmente está hablando y para ello existe la opción de "culturizarse" en este ámbito así como documentarse acerca de por ejemplo resultados de algunos estudios que se van haciendo por parte de personas de elevado prestigio académico, estudios que acaban demostrando justo lo contrario a lo que tú indicas...
Por lo demás, cada uno que saque sus propias conclusiones...

Unknown dijo...

yo estoy de acuerdo con pakita 100% y la verdad se me ase injusto que exivan como apuñalan animales solo por diversion

Adri dijo...

Los argumentos son validos, no hay que negarlo. pero la tauromaquia es una tortura... tal vez no es necesario eliminarla, tal vez solo cambiarla! no es necesario que torturen a los toros! ni que los maten solo por diversion! de verdad si no ven el sadismo, la muerte y la tortura no se que tienen!

Anónimo dijo...

No pienso que haya algún biólogo que luego de una exhaustiva labor científica concluya que el toro no sufre por enterrarle al animal metales en su lomo.