martes, 11 de diciembre de 2007

Rebota, rebota, que tu tele explota

La Generalitat valenciana cerró el pasado domingo el repetidor de la Corporació Catalana de Radiotelevisió de la Sierra de La Carrasqueta, en Alicante, desde donde se emitía TV3 a toda la comunidad levantina. El precinto del repetidor se debe a una orden judicial cuyo plazo de cumplimiento vencía ayer, por lo que al Ejecutivo de Francisco Camps casi le pilla el toro pero al final lo ha clausurado.

Josep Montilla, homólogo de Camps en Cataluña, ha manifestado que este cierre responde a "motivos estrictamente políticos". Se olvida de que es una orden de un juez que ha de ser cumplida guste o no y obvia que en Cataluña pasó más o menos lo mismo con Radiotelevisión Valenciana.

Es una historia que viene de lejos y que con el paso del tiempo se torna hacia lo absurdo (sin tener en cuenta el trasfondo lingüistico-cultural de la disputa). Dentro de dos años se producirá el apagón analógico y todos los hogares comprarán antes o después un sintonizador de televisión digital, con el que se podrán ver todos los canales que uno desee que emitan desde España, o lo que es lo mismo para este caso, los valencianos podrán ver TV3 y los catalanes Canal9 sin mayor problema. A esto hay que añadir que aunque aún prevalezca la televisión analógica, cada vez más familias ven televisón digital, por lo que reciben la señal igualmente.

El Gobierno ha tenido que intervenir y afirma que buscará una especie de acuerdo de reciprocidad para que ambas autonomías dejen ver la televisón de la otra dentro de sus límites. Resulta ridículo que un juez tenga que dictar sentencia sobre un contencioso de esta índole y ver a dos de las regiones tóricamente más avanzadas de España enfrentándose por la caja tonta con una dialéctica parecida a la de los patios de colegio, de "y tú más" y "rebota, rebota que tu culo explota".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es la leche. Como siempre, los políticos cercenando la libertad de expresión. Estas cadenas de televisión deberían poder emitirse donde se quieran, y que ya decida cada uno qué quiere ver, que ya somos mayorcitos. Los medios de comunicació públicos deberían desaparecer, porque suponen una sangría increíble para los presupuestos (que pagamos todos) y son usados por los gobiernos de turno para hacer adoctrinamiento. Que lo haga un grupo de comunicación privado con su dinero, vale (para algo es su dinero, que se lo gaste en lo que quiera), pero que lo haga el Estado, con el dinero de todos...
Otra pequeña cosita más... Montilla se llama José, no Josep, que por algo el tío nació en Iznájar, provincia de Córdoba, y no en Santa Coloma de Gramenet o en Alt Empordá.

Anónimo dijo...

Se hace llamr Josep, o así venía en El País y ABC. Ya sé que es José, pero bueno. Aunque desaparezcan los medios pñublicos la sangría seguiría igual. Algunos privados como La Vanguardia, Público o laSexta reciben subvenciones millonarias y las seguirán recibiendo