martes, 4 de diciembre de 2007

Difícil de creer

No estaba planeado, o al menos eso afirma Batasuna. El atentado contra los guardias civiles Fernando Trapero y Raúl Centeno fue completamente improvisado y fortuito. Eso sí, los tres etarras sabían que ambos pertenecían a la Benemérita a pesar de ir de paisano y desplazarse en un turismo con matrícula francesa.

Es difícil de creer que los terroristas no supieran de antemano que había miembros de la Guardia Civil investigando en la zona y dispusieran información acerca de la identidad de alguno de ellos. Ayer se supo que uno de los etarras examinó el coche de sus víctimas antes de dispararles. Es de suponer, que los terroristas no examinan así por que sí un coche civil en un centro comercial, por lo que probablemente ya tenían indicios que apuntaran a que eran miembros de las fuerzas de seguridad.

Las primeras versiones de los hechos, entre las que se incluye la de Alfredo Pérez Rubalcaba, afirmaban que los agentes españoles se encontraron casualmente con los etarras en una cafetería y que allí entablaron una discusión. ¿Se imaginan una discusión entre etarras y guardias civiles, así sin más? Más difícil todavía de creer, pero lo mantienen.

El viernes pasado, el día anterior a la fecha de autos, la Audiencia Nacional ordenó detener a la mayoría de los procesados por el sumario 18/98, es decir, el arresto, entre otras personas, de líderes abertzales como Xabier Alegría, José María Olarra y Elena Beloki. En menos de 24 horas ETA mata en Francia. Afirman que el asesinato se produce casualmente, sin premeditación alguna. También difícil de creer.

Batasuna culpa a PSOE y PNV del asesinato por haberse «levantado de la mesa de diálogo», lo que parece un intento para ejercer presión sobre el Gobierno para que vuelva a sentarse a dialogar con ETA. Marijé Fullaondo, dirigente de esta pataforma nacionalista, asegura que el atentado «complica el proceso», pero no lo condena. Mientras, un guardia civil de 23 años se debate entre la vida y la muerte y al mismo tiempo los amiguetes de Batasuna, ANV, siguen a sus anchas pues Sánchez Bermejo y Conde Pumpido dan largas al inicio de un proceso de ilegalización de este partido. Aún más difícil de creer.

Más increíble resulta que en una democracia avanzada y consolidada, como nos gusta definirla, los principales partidos políticos no son capaces de buscar el consenso para acabarcon uno de los principlaes males del país y emplean el asunto como arma arrojadiza.Si lo prevén en la Transición, no se lo cree nadie.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y si ilegalizamos ANV, ¿arreglamos algo?. Otegi lleva meses en prisión, ¿ha debilitado esto a ETA?. ¿No será mejor intentar contar con aquellos independentistas que apuestan por las vías políticas que meterlos en la cárcel y dejar el camino expedito a los que sólo entienden el lenguaje de la violencia?