jueves, 29 de noviembre de 2007

Entrevista: Wilger Sotelo

A continuación reproduzco una entrevista que hice a un escultor colombiano en octubre con motivo de una exposición suya en la Casa de América en Madrid. Si queréis saber algo más sobre este tema hacedmelo saber.


"Chicos que apenas saben leer son capaces de fabricarse una pistola"

Wilger Sotelo junto a una de sus obras (Foto: Jorge del Campo)

Wilger Sotelo estudia a través de la escultura el fenómeno de la violencia adolescente en Cartagena de Indias


Por RUBÉN DE VICENTE
MADRID. Wilger Sotelo nació en el humilde barrio periférico de Olaya Herrera en Cartagena de Indias (Colombia) hace 27 años, aunque su aspecto físico se corresponde más con el de un veinteañero. Salió del barrio tras trabajar durante varios años de albañil y matricularse en Bellas Artes en la universidad de su ciudad. Al finalizar sus estudios decidió dedicar su vida a utilizar la escultura para denunciar la alarmante situación de inseguridad que vive su país, especialmente en el caso de los adolescentes pandilleros, que rozan el analfabetismo pero que son capaces de fabricarse casi con cualquier cosa una pistola de 38 milímetros de calibre y que funcione. Con su muestra «Inventario II»-que en octubre visitó la Casa de América de Madrid- recoge en moldes de yeso algunas de estas armas, que le cedieron los propios pandilleros.


—¿Por qué decidiste dedicar tu producción al tema de las armas caseras?
—Todo empezó por la diferencia entre la seguridad que sentía en el barrio en que crecí, las otras calles y después en la zona de la universidad. Me di cuenta de que según donde vivas o eres una víctima en la calle o puedes sentirse seguro, lo que al principio era algo muy confuso para mí. De ahí que empezara a investigar los fenómenos de inseguridad y a buscar el motivo por el que se arman los chicos y por qué crecen en ese ambiente. Después ya vino lo de las armas, cómo las consiguen y fabrican, cómo está planteado en el país.La contradicción de que cada vez hay más policía y medidas como cámaras, pero eso no garantiza la seguridad, sino que sucede lo contrario.


—¿Has tenido algún problema con la Policía por manipular armas en tus obras?
—Sí, alguna vez se han enfadado por ello. El mayor problema lo tuve cuando iba a traer la colección a España. En el aeropuerto de Bogotá no se conformaban con que las olisqueraran los perros ni con pasarlas por las máquinas de rayos, sino que pretendían romper las piezas para ver si llevaba drogas ocultas en la escayola y si había armas reales debajo de los moldes. Para poder sacar las obras de allí tuvo que intervenir directamente la Embajada Española a través de su consejero, pero al final todo salió bien.


—¿Cuál es el sistema que has seguido para realizar estas obras?
—Es un proceso de vaciado con el arma, de la que he hecho una estructura de madera. Después construyo un molde de escayola a través del que hago otra nueva estructura y una placa en relieve pintado, Tras esto se las enseño a los chicos para que dejen algún mensaje.


—¿Cómo llegan a fabricar menores de edad estos utensilios para matar?
—Es curioso que chicos de la calle que apenas saben leer y escribir se esfuercen en construir estas armas hechizas. Para ello usan cualquier cosa que se encuentran o roban. Por ejemplo, hay algunas que son un trozo de madera, un tubo, una junta de fontanería y un trozo de la muela de una bicleta. Muchas de ellas son tan sencillas que no tienen ni gatillo, sino que tienen un tornillo con un muelle que percute la bala al tirar de él hacia detrás.


—¿Funcionan bien como armas?
— Sí. Lo que pasa con estas pistolas caseras es que los tubos que utilizan para el cañón suelen explotar tras tres o cuatro usos, lo que es muy peligroso para los chicos. De todas formas son armas muy efectivas pues los tubos que emplean son para proyectiles del calibre 38, que son unas balas más asesinas que las que utilizan los policías.


— Además de pistolas hay algunas granadas en tu obra. ¿Cómo es que las consiguen estos níños?
—En el mercado negro de Colombia se puede comprar fácilmente una granada que pueda destrozar a cuatro o cinco personas por menos de 30 dólares. Pasé miedo al manipularlas, pues tuve que quitar el seguro para hacer los moldes.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo os recomiento un libro sobre la violencia bastante interesante.

"Prisioneros del odio" de Aaron T. Beck

Anónimo dijo...

Hola soy wilger,

Me gusto lo que has publicado. Pero igual tengo 27 años.

Y garcías por el libro recomendado.

Anónimo dijo...

Hola wilger! Es muy agradable tu visita. Ha sido un pequeño lapsus pero ya lo he cambiado. Para lo que quieras tienes mi mail en "Ver perfil", arriba a la derecha, en "El firmante de lo de la izquierda. Un saludo

yko dijo...

hola profe es grato saludarle una parte de su proyecto me parecio muy interesante en donde arriesga su propia vida para la realizacion de su obra ojo profe lo queremos por mucho tiempo.
de obra viva:juan manuel valencia

yulys dijo...

hola sotelo : es agradable q peronas cartageneras como tu se preocupen de esta problematica social q nos afecta a todos. como artista ers un ejemplo para la sociedad y pàra la cultura de cartagena y del mundo.