miércoles, 6 de febrero de 2008

Relato: El gol de Abreu (embrionario)

A) Abreu corrió desde la defensa con todo el ímpetu que pudo. Recibió el balón de Montenegro en el centro del campo, dribló a cuatro contrarios, engañó al portero y, cuando estaba sólo ante la portería, se cayó al suelo perdiéndose el balón por la línea de fondo.

B) -Esta es la mía- pensó Abreu cuando vio que Silas recuperaba el esférico. Era un encuentro liguero importante contra River Plate y un empate sin goles ondeaba en el marcador. Se sintió fuerte, el mejor. Corrió y corrió lo más rápido que pudo. Casi se queda sin voz pidiendo la pelota, primero a Silas, después a Montenegro. La recibió y miró al frente. Se fue de uno –soy lo más-, se fue de dos – éste ya no me sigue-, se fue del tercero y del cuarto. Encaró al portero y le engañó – soy Dios-. Vio la portería vacía y cuando iba a golpear el balón midió mal la longitud de su pierna, golpeó el suelo con la puntera de su bota derecha y perdió el equilibrio. El mundo se le vino abajo.

C) Locutor de televisión: - Silas recupera la bola. Avanza un par de metros. Montenegro controla, la baja, la pisa. Ahí va para el loco Abreu, la coge y dribla. Regatea, regatea, ¡le sale!. Señores vaya golazo que va a marcar Abreu. Y el gol de Abreu, el gol de Abreu....... ¡Abreu!. ¡Abreu! ¡Dios mío, Abreu! ¡Abreu!....

D) Francisco vio el partido en el sofá de su casa. Dos años antes había superado un infarto de corazón durante un partido de San Lorenzo contra Boca Juniors, por lo que su mujer le había prohibido ver el fútbol. Sin embargo, esa tarde ella se fue con sus amigas a tomar un café y Francisco aprovechó para sentarse delante del televisor. Corría el minuto ochenta de la segunda parte cuando Abreu recibió el balón en el centro del campo. Regateó a un contrario. Al segundo. Francisco se levanto gritando - ¡Acordate de la concha de tu madre!-. Se iba poniendo más nervioso según avanzaba el jugador. Cuando Abreu se cayó delante de la portería Francisco exclamó - ¡Pero qué hacés boludo!-. Se llevó la mano izquierda al pecho y se derrumbó sobre el parqué.

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